lunes, 23 de julio de 2012

Vivir y Sonreír.


La vida nos enfrenta a miles de problemas, a veces debemos lidiar con eternos problemas por vivir bien eternamente. Aquellas personas que quieren vivir bien se enfrentan a problemas de diferentes grados, y solo estos perduran como precio de lo que queremos para nuestro bienestar.

I.             Al principio somos individuos que vivimos sin pensar en el mañana, sin pensar en el ayer, y queremos estar despiertos todo el día, porque sabemos que la noche se acerca, finaliza el día y no queda tiempo para hacer lo que queríamos. Es la niñez. Es cuando aprendemos pero no nos damos cuenta, y no nos interesa saber si estamos aprendiendo o no, pues aprendemos viviendo a nuestra manera. Y en ese momento es jugando. Los problemas no son una barrera, pues los problemas se basan en juguetes, en permisos de nuestros padres, en tener con quien jugar, etc.
II.           Luego de recordar todo eso es cuando nos damos cuenta de que ahora cada paso que damos es para el futuro y que poco a poco nuestros padres nos sueltan las manos. Sentados nos damos cuenta de lo bueno que tenemos aún así deseamos tener más, es lo que se aprende cuando en la primera etapa queríamos más juguetes. Desesperados corremos, porque no sabemos lo que hacemos, cuando damos un paso en falso los problemas nos atacan y deseamos tirar la toalla, cuando todo pasa, es cuando recién entramos en razón y nos damos cuenta que no fue nada y que todo sigue igual. Corremos porque en ese momento nadie nos detiene, al correr no aprendemos y no nos damos cuenta porque estamos ocupados pensando en querer “más”.
III.          Tarde o temprano despertamos, nos damos cuenta de que no debemos correr, ni caminar tan lento. Abrimos nuestros ojos y los problemas están allí, asechando. Cuando nos topamos con uno de ellos nos quedamos quietos ante la situación y estamos así hasta que finaliza, y luego reaccionamos y solo nos engañamos con “aprendo de cada barrera que me pone la vida”, porque en realidad no es así, es solo sentir el alivio de que ese problema ya no está, porque en verdad no aprendemos de esa manera, nuestra mente está cerrada a entender verdaderamente el significado de cada situación, pero sin embargo nos sentimos bien al decir que “aprendemos de los problemas”.
IV.         En el momento, entramos en meditación y recordando, nos damos cuenta de que en realidad no estábamos despiertos como decíamos, solo estábamos jugando a ser razonables. Decíamos saberlo todo pero no. Es ahí cuando vemos nuestros progresos del ayer a hoy, nos sentimos algo desilusionados pero rápidamente nos encomendamos a realizar en verdad lo que decíamos que hacíamos. En el tiempo no vemos progresos, porque nos vemos impacientes por cambiar y ser como deseamos ser, y no nos damos cuenta que desperdiciamos tiempo queriendo ser lo que con el tiempo seremos.
V.           Hartos de lo mismo, comenzamos a buscar más de lo que queremos, pero mucho más de lo que queríamos ayer. Algunos se convierten en materialistas y otros encuentran lo bueno y la victoria de tantos años, aún así somos todos iguales, queremos más teniendo lo que tenemos, queremos ser más porque se ve mejor. Y nos dirigimos a “progresar” pues a los problemas no les tenemos miedo, pues ya sabemos que al final terminan. Pero luego de intentar progresar, los problemas nos hacen frente, y nos perdemos porque no sabemos si estamos caminando bien o solo será parte de su procedimiento. Nos encontramos en esa situación nuevamente pero decidimos dejar pasar los problemas, pues en el momento estamos ocupados e impaciente por llegar donde queremos.
VI.         Luego de un descanso de tanto fracaso por no llegar donde queremos, nuevamente nos damos cuenta de algo, de que no debemos dejar pasar ninguna situación problemática, pues si desatamos nudos mañana no existirán y si la cuerda se vuelve a anudar sabemos como desarmar el nudo, es ahí cuando nos volvemos personas razonables y sabemos como enfrentar problemas, nos sentimos listos para lo próximo. Al ser razonables estamos caminando y tenemos tiempo para pensar y decidir, entonces vamos con calma hacia lo que queremos ser, pues sabemos que queda mucho por saber. Entonces vivimos y a la vez sonreímos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Páginas.